domingo, 22 de enero de 2017

El Amor de Dios para la Humanidad


Dios es el principio y el creador de todo cuanto existe. Cómo procedió Dios en la obra de la creación, es un misterio escondido para la ciencia y para la fe. Lo importante es aceptar que Dios actuó y sin su intervención, nada de lo que vemos existiría. Dios creó el mundo, el universo entero y nos creó a nosotros, por un acto libre de su voluntad.
Dios creó al hombre, con sus propias manos lo formó del polvo de la tierra.  “Y creó Dios al hombre a su imagen; a la imagen de Dios lo creó, varón y hembra los creó” (Génesis 1:27). No solo los creo sino que los bendijo y los puso en el huerto de Edén para que lo labrara y lo guardase y le dio un mandato: “De todo árbol del huerto podrás comer; más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque el día que de él comieres, ciertamente morirás” (Génesis 2:17).

Lamentablemente el hombre desobedeció a Dios y desde ese mismo instante se separó de Él, haciendo que el pecado entrara al mundo y con ello la destitución del hombre de la gloria de Dios. “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”,  (Romanos 3: 23).

Ante tal sentencia, Dios en su gran misericordia y por su gran amor con que nos ama, tuvo una respuesta para la humanidad, diseño un plan para la salvación de todos los hombres y con ello reconciliar al hombre con Él. Y todo lo hizo por amor.

Quieres conocer el amor de Dios?

El amor de Dios sobrepasa todo conocimiento humano, y es difícil para cualquiera de nosotros comprender cuán ancho, cuán largo, cuán alto y cuán profundo es el amor de Dios por cada uno de nosotros (Efesios 3:17-19).
Para entender el amor de Dios debemos conocerle a Él, conocer su carácter, su voluntad, su propósito y solo hay una manera de hacerlo y es conociendo su Palabra, donde Dios se revela a sí mismo. Empecemos en 1 de Juan 4:8: “...Dios es amor”.

Ahora bien, el amor es algo que se manifiesta con acciones y Dios lo ha manifestado  de la siguiente manera, veamos:

1.            Por amor nos dio a su único Hijo

Dios nos ama y por esta razón envió a su único Hijo a morir por nosotros, para que al creer en Él tengamos vida eterna. Dios decidió dar a su Hijo Jesucristo, en reconciliación por nuestros pecados. Si no lo hubiera hecho, tú y yo todavía no pudiéramos ser salvos. 
1 de Juan 4:9  dice: “En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él.”

Juan 3: 16-17.  “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.”

Esa fue la acción a través de la cual demostró su amor. Dios pagó por ti y por mí un precio que es imposible de valuar, ¿por qué? Porque nos ama Todo lo hizo por amor a nosotros; aun sin merecerlo porque éramos pecadores e impíos. 

Romanos 5:6-8 “Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”.

Efesios 2: 4-5-6 “Pero Dios que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecado, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos) y juntamente con él nos resucitó…”.

Fue entonces, donde el amor de Dios se manifestó para ti y para mí. De acuerdo a estos pasajes, no fue porque nosotros amamos a Dios primero, que Él a su vez decidió amarnos y por esta razón pagar el precio que pagó; por el contrario, demostró su amor hacia nosotros aun siendo pecadores. Pagó con la sangre preciosa de su Hijo para que creyendo en Él seamos salvos. 

2. Por amor nos hizo sus hijos y nos dio su Espíritu Santo

Cuando por fe creemos en Jesucristo nos convertimos en hijos de Dios, y por su gran amor nos da su Espíritu Santo.
Gálatas 3: 26  “…todos sois hijos de Dios por la fe en Jesucristo”. 
 
1 juan 3:1  “Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios…”
Romanos 5:5  “….porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.”

Gálatas 4:6:6  “Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!”.

Dios, por su gran amor, nos dio al Espíritu Santo. Si queremos probar que somos hijos de Dios, esa es la prueba. Del mismo modo que nuestros padres terrenales nos dieron la sangre que está en nuestros cuerpos y esa es la prueba de que somos sus hijos, de igual manera Dios, cuando creímos en Jesucristo, nos dio su Espíritu para que more en nosotros y nos guie y seamos sus hijos, tal como dice la palabra que está en Romanos 8:14 “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios”.

 3. Por amor nos corrige y disciplina

Dios como padre amoroso que es corrige y disciplina a sus hijos.
Hebreos 12:5-6-7-8 “Hijo mío no menosprecies la disciplina del Señor, ni desmayes cuando eres reprendido por él. Porque el Señor al que ama disciplina y azota al que recibe por hijo. Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina, porque si os deja sin disciplina entonces sois bastardos y no hijos”.
Dios disciplina y corrige  a sus hijos así como nuestros padres terrenales. Y ¿por qué lo hace? Porque nuestro Padre nos ama y  desea formar el carácter de Cristo en nosotros a fin de perfeccionarnos cada vez más en santidad y podamos disfrutar del fruto apacible de su justicia, trayendo a nuestras vidas su dulce presencia.

Conclusión: Hemos  visto cuanto nos ama Dios, nos ama porque es nuestro Padre Creador, Dios es la fuente infinita del amor, su amor va más allá de nuestro entendimiento. Su amor no se puede medir, no tiene límites, es infinito, no tiene fin, es eterno. Nos ha reconciliado con El por medio de su Hijo Jesucristo y solo por su gracia y gran misericordia. Dios quiere que estemos con él eternamente,  que permanezcamos en él para siempre. También desea que mientras estemos en esta vida terrenal podamos disfrutar de sus grandes bendiciones.
La pregunta es ¿Qué quiere Dios de nosotros?  Dios no necesita nada de nosotros. Lo que nos pide es que le amemos, que le hagamos reverencia, que le respetemos como nuestro Padre, quien nos ha amado y que pagó con la sangre de su único Hijo para que hoy seamos  también sus hijos. Nos dio su Espíritu Santo, nos salvó, nos perdonó,  nos justificó y nos glorificó. Dios desea que seamos agradecidos a Él con temor y reverencia, no que le temamos por miedo, porque él es un padre amoroso. Amemos a Dios por sobre todas las cosas. Dice su palabra que amamos a Dios cuando guardamos sus mandamientos  y si guardamos sus mandamientos permanecemos en Dios y El en nosotros. AMEN.

Dios les Bendiga.

Próximo estudio: Qué es el temor de Dios?

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